Sí, quiero saber más a vos...
A tu cara cuando hueles café fresco, al gozo de tu madrugada.
Sí, quiero saber más a vos...
A tus horas tras el elixir de un libro, a tu pasión por las letras hechas alma.
Sí, quiero saber más a vos...
Al día en que vimos juntos la Habana, a tu cara en la bohemia de la playa.
Sí, quiero saber más a vos...
Al calor de tu cuerpo, que cuando niño me dabas.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu gritico en la fiesta, a tu pasito en la danza.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu templanza en las crisis, a tu fortaleza en las batallas.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu solidaridad, a tu colaboración, a tu sí cuando la mayoría dice no.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu mezcla de nobleza con carácter, a tu señorío humilde.
Sí, quiero saber más a vos...
A tus arepas con queso, y hasta a tus ensaladas.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu seriedad manifiesta híbrida de una alcahuetería humana.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu abrazo sincero cuando nos reencontramos.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu fe, a tu idea de un mejor lugar en el mundo.
Sí, quiero saber más a vos...
A tu disciplina, a tu compromiso, a hacer las cosas bien.
Sí, quiero saber más a vos...
A vos, simplemente a vos, a tu vida.
¿Cómo haré?
martes, 30 de agosto de 2016
lunes, 1 de agosto de 2016
La ciudad
La ciudad aulla a esta hora, pide un auxilio desesperado y una sirena clama la vida que se marchita. Soy un ser de súplica que busca respuestas en el silencio escondido del barco que lo lleva a casa.
Dónde está el sosiego prudente y la risa tardía que dé la mano a un alma cansada de tantos suspiros. Voy observando las caras de la vida, y no sé si estoy vivo y los demás están perdidos en deseos superficiales.
La pluma me alivia y también el pensamiento vago del sufrimiento de mis hermanos, o tal vez, esta última imagen me haga sentir peor conmigo mismo por la injusticia que me rodea.
Dónde está el sosiego prudente y la risa tardía que dé la mano a un alma cansada de tantos suspiros. Voy observando las caras de la vida, y no sé si estoy vivo y los demás están perdidos en deseos superficiales.
La pluma me alivia y también el pensamiento vago del sufrimiento de mis hermanos, o tal vez, esta última imagen me haga sentir peor conmigo mismo por la injusticia que me rodea.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)