martes, 26 de mayo de 2015

Pausa necesaria.

Nacimos taciturnos, nacimos para serle fiel a la melancolía.
Esta tierra esta llena de una pausa necesaria, una pausa que reivindica el amor de nacer aquí.

No soy aquel que quiero ser, tampoco soy la vida que me repugna.
La simpleza de mi alma aviva mi destino, siento estas notas como si fueran mías.

El amor es mi única esperanza, la única desesperanza, es mi salvación y mi perdición.
Quiero vivir como un juglar inagotable, pero recuerdo la vida que apremia y desfallezco.

No he entendido lo que debo entender, pero comprendo lo que empuja mis estados.
Quiero la vida, pero quiero vivirla bajo el sonido de los que nacen en la jurisdicción del olvido.

Aún no sé a dónde me dirijo, sólo sé que tengo afán por cumplir una promesa.
Espero sea la vida quien me encuentre, espero sea el olor a bohemia quien ocupe mis espacios por la eternidad.


miércoles, 20 de mayo de 2015

Otro extraterrestre impacta la bahía.

Como desde hace una década, sigue la aparición de seres de otro planeta en esta población. A pesar de las investigaciones, el Gobierno no ha podido precisar las razones de las manifestaciones en este lugar. Sin embargo, este fenómeno se ha convertido desde el gran suceso de Bahía Blanca en 2040, en la confirmación mundial de la existencia de vida extraterrestre. Esta vez la oportunidad fue para una niña de 13 años, Sara María, quien ha contado su experiencia soportada en videos capturados en su reloj TREINTAL 1.5, la última generación de estos equipos con holograma de comunicación y un sinnúmero de funciones más. Del aspecto de este ser manifestó: “(…) sus ojos eran pequeños como una uva pasa, tenía las manos y los pies grandes, medía más de dos metros y cambiaba de colores como una lámpara de fiesta (…)”. Y así se puede observar en los registros, que concuerdan mucho con los 30 individuos que visitaron la zona hace 10 años.

En Bahía sólo vivían del incipiente turismo hasta que comenzaron estas apariciones, las cuales han dejado además desarrollos tecnológicos que apoyan el buen vivir de la localidad. Por estos días el equipaje sobrenatural, tenía una pequeña máquina que convierte la basura en porciones de un material viscoso que descontamina el agua al entrar en contacto. Agentes del estado han catalogado este avance como la “esperanza de un mundo ambientalmente deteriorado”. Entre otras cosas, se encontraron baldes de un líquido alcalino que según pruebas preliminares, sirve para tratar la hormona del amor. Y aunque falta investigación, se ha dicho que sería especial para los males que acarrean las decepciones de pareja.

Se está conformando un conglomerado mundial de expertos para poner a disposición del mundo los hallazgos. Sin embargo, aún existe mucho por investigar. Algunos sectores afirman que primero se debe entender de dónde vienen y la razón de su visita a la bahía. Otros sectores, como el de los pobladores de la región, se atreven a decir que sólo hay que aceptar las bondades de Dios.


Omar Casadiego (Periódico la Razón, Mayo 20 de 2050)

lunes, 11 de mayo de 2015

¡No te vayas nunca!

La bruma de polvo se despejó y Sara observó el nuevo ser con la zozobra que trae consigo lo desconocido. Eran las tres de la tarde, la joven venía presurosa por temor a las preocupaciones de su madre. La ruta de bus la había dejado y ella corría con el afán de la vida. Sara María era una niña. Acababa de entrar a los trece años y a pesar de que la feminidad florece en esta etapa, ella era frágil, menuda e incluso tímida.

No había de otra, era un mal día de esos que suelen aparecer. Sara olvidó el rastro de su camino hacia el hogar, desesperada, corrió con la energía profunda del desasosiego, pero las casas y el camino de vuelta inexplicablemente se desvanecían. Fue entonces cuando en un estado de resignación, puso sus manos sobre un frondoso árbol que posaba frente a ella y cuando decidió seguir, una nube de arena resultó de un estruendoso sonido que la dejó perpleja. Ahí estaba delante de ella ese ser extraño, estaba vivo, la miraba fijamente. Sus ojos eran pequeños como una uva pasa, tenía las manos y los pies grandes, medía más de dos metros y cambiaba de colores como una lámpara de fiesta. Este ser no era de este mundo, mucho menos paisano, no hablaba, pero la niña le entendió todo. Ella no tuvo miedo pues Gabriel, como lo llamó, le inspiró la confianza que necesitaba. Ante el asombro de las personas caminaron juntos por las calles que volvieron a manifestarse. Sin embargo, Gabriel no inspiraba temor, era extraño pero no imperfecto. Comía semillas diversas que escupía en forma de flora nunca antes vista en esa región en la que casi todo existía.

Jamás maltrató a nadie, llegó con una misión para un asentamiento vacío y sumido en la desesperanza. Ella lo acompañó en todo, no sin antes compartir con su madre lo que había sucedido. Fue un año mágico, Gabriel lideró el cambio mostrando los trazos del planeta de donde venía. Enseñó cómo convertir la basura en sacos de un material que se disolvía en el agua para limpiarla, desterró a quienes robaban y priorizó en el bien común. Los jóvenes trabajaban y tenían sueños pues había empresas para todo, desde la que transportaba a las personas en colibríes gigantes, hasta la que hacía esos colibríes a partir de jarras, en  donde se bebía un elixir milagroso que él creó y que curaba todos los males, servía para un dolor de muela y trataba además los males del amor. Nadie sufrió nunca desde entonces, no hubo un mal comportamiento, pues los pobladores no querían ser desterrados hacía esas regiones donde se vivía como antes.

La quimera debía acabar pues él tenía que volver, pero en ese momento era tanto el amor, que la niña le suplicó con las notas de primavera que a Gabriel le fascinaban de ese lugar: 

¡No te vayas, no te vayas nunca!