martes, 30 de agosto de 2016

Quiero saber más a vos.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu cara cuando hueles café fresco, al gozo de tu madrugada.

Sí, quiero saber más a vos...
A tus horas tras el elixir de un libro, a tu pasión por las letras hechas alma.

Sí, quiero saber más a vos...
Al día en que vimos juntos la Habana, a tu cara en la bohemia de la playa.

Sí, quiero saber más a vos...
Al calor de tu cuerpo, que cuando niño me dabas.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu gritico en la fiesta, a tu pasito en la danza.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu templanza en las crisis, a tu fortaleza en las batallas.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu solidaridad, a tu colaboración, a tu sí cuando la mayoría dice no.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu mezcla de nobleza con carácter, a tu señorío humilde.

Sí, quiero saber más a vos...
A tus arepas con queso, y hasta a tus ensaladas.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu seriedad manifiesta híbrida de una alcahuetería humana.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu abrazo sincero cuando nos reencontramos.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu fe, a tu idea de un mejor lugar en el mundo.

Sí, quiero saber más a vos...
A tu disciplina, a tu compromiso, a hacer las cosas bien.

Sí, quiero saber más a vos...
A vos, simplemente a vos, a tu vida.

¿Cómo haré?





lunes, 1 de agosto de 2016

La ciudad

La ciudad aulla a esta hora, pide un auxilio desesperado y una sirena clama la vida que se marchita. Soy un ser de súplica que busca respuestas en el silencio escondido del barco que lo lleva a casa.

Dónde está el sosiego prudente y la risa tardía que dé la mano a un alma cansada de tantos suspiros. Voy observando las caras de la vida, y no sé si estoy vivo y los demás están perdidos en deseos superficiales.

La pluma me alivia y también el pensamiento vago del sufrimiento de mis hermanos, o tal vez, esta última imagen me haga sentir peor conmigo mismo por la injusticia que me rodea.

lunes, 6 de junio de 2016

Deambulante.

Y me siento confundido, nadando en los rostros del viento sin ser correspondido.
Te busco, te estoy extrañando sin conocerte,
Estoy gozando de ti sin poder tocarte.

Es intensa la soledad, y estoy yo, pero falta el perfume de tu cuerpo y la tranquilidad de tu compañía.

Dónde estás, te encuentras perdida en el mundo divagando en otras manos, o quizás, viviendo esta misma vida observandome bajo la misma luna.

¡Llega rápido! No aguanto un segundo más sin la posibilidad de besar con mis manos y tocar con mis labios la perfección de tu café por la mañana y de tu sonrisa al volvernos a ver.

Necesito saber que el tiempo es corto, necesito estar seguro que esta espera terminara con tus manos sobre mi cara confirmando que me amas.

Es largo el silencio de mis días, pero decidí esperarte sin entorpecer la vida, sin el engaño frecuente y la mentira disfrazada de ansiedad por tenerte.

Decidí dejarte de buscar, decidí esperarte con la esperanza ciega de un corazón bueno al que solo la vida ha sabido premiar con la satisfacción y la sencillez de los momentos.